El director Josef von Sternberg, descubridor de Marlene Dietrich, no se caracterizaba por su buen humor.
Durante el rodaje de Capricho imperial (1934), el actor Sam Jaffe no cesaba de preguntarle el porqué de sus determinaciones o de pedirle explicaciones de sus indicaciones. El director, harto de lo que juzgaba la impertinencia de un novato, le espetó:
- Señor Jaffe, soy Josef Von Sternberg y tengo miles de discípulos.
A lo que Jaffe respondió:
- Tiene suerte. Jesucristo sólo tenía doce.
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