Los pueblos son a veces injustos con sus grandes hombres. Fue el caso de cartagineses y romanos con Aníbal y Escipión.
Pese a las victorias que ambos generales habían dado a sus naciones, ambos acabaron su vida en el destierro.
En una ocasión coincidieron en la corte de Antíoco, rey de Siria, y Escipión preguntó a Aníbal quién era para él el mejor general de la historia:
- Alejandro - contestó Aníbal.
- ¿Y luego? - insistió
Escipión.
- Pirro.
- ¿Y en tercer lugar? - continuó el romano.
- Yo - aseguró Aníbal.
Escipión, que le había vencido en la batalla de Zama, le replicó:
- ¿Y qué dirías si hubieses vencido tú en Zama?
- En ese caso - contestó Aníbal - me tendría por el mejor caudillo de la historia.
La verdad es que casi todos los caudillos se han tenido a sí mismos como los mejores de la historia, desde Julio César hasta ... cualquier caudillo de época reciente.
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