Los amores de Juana la Loca y Felipe el Hermoso han alcanzado la categoría de legendarios. Pese a acabar entre infidelidades y desvaríos, lo cierto es que la pasión prendió pronto en la pareja. Juana de Castilla, hija de los Reyes Católicos, partió para Flandes a fin de casar con Felipe de Habsburgo, hijo y heredero del emperador Maximiliano y de María de Borgoña. Estaba previsto que la boda se celebrara el 25 de Agosto de 1496. Cuatro días antes, los novios se encontraron en Malinas y fue tal la pasión que les embargó que Felipe mandó llamar a un sacerdote para que la boda se celebrara aquella misma tarde. Se ve que de los efluvios veraniegos no se libra ni la realeza.
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