Impuntual, caprichosa, inestable... una de las estrellas indiscutibles de todos los tiempos. Marilyn Monroe protagonizó un sinfín de anécdotas. Una de ellas tuvo lugar en 1957 en el transcurso de una rueda de prensa en el hotel Savoy de Londres.
La actriz acababa de llegar a la ciudad en compañía del que por entonces era su esposo, el dramaturgo Arthur Miller, para rodar El príncipe y la corista junto a Sir Lawrence Olivier. A la pregunta de un periodista "¿Que se pone para dormir"? Marylin sonrió enigmáticamente y, tras lanzar una mirada de complicidad a su marido, contestó: "Dos gotas de Channel nº 5". Fue la elevación definitiva del popular perfume.
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